Desde su infancia, Carlos Slim hizo evidente su interés por el mundo de los negocios. El hombre más rico de México tuvo su primer acercamiento al comercio a los 10 años, cuando comenzó a vender dulces debajo de las escaleras de su casa, situada cerca del Parque Lincoln. Este modesto emprendimiento, dirigido a sus primos y conocidos, fue el germen de su espíritu empresarial.
El legado de Slim, hoy con 84 años, se construye sobre una ambición temprana que lo ha acompañado a lo largo de su vida. Incluso en su matrimonio, un regalo significativo se convirtió en una oportunidad para expandir su patrimonio.
De ascendencia libanesa, Slim Helú aprendió el valor del ahorro gracias a su padre, quien instó a cada uno de sus hijos a llevar una libreta donde registrarían sus ingresos y gastos semanales. Con tan solo 12 años, Slim abrió su primera cuenta de cheques y comenzó a invertir en acciones del Banco Nacional de México.
Durante una conferencia en las oficinas del Grupo Financiero Inbursa, Slim compartió detalles de sus primeras incursiones como inversor, cuando aún era menor de edad. Mostró una de las primeras páginas de sus registros financieros, datada cuando tenía 15 años, que revelaba sus inversiones en bonos, acciones y efectivo, con un capital cercano a los 6,623 pesos en 1955, cifra que se había multiplicado a aproximadamente dos millones 270 mil pesos para 1964.
Entre 1965 y 1981, el empresario consolidó tres empresas que formarían el Grupo Carso, siendo Inmobiliaria Carso la primera en establecerse, poco antes de su matrimonio con Soumaya Domit Gemayel.
Aunque Slim reconoce que Telmex, una de las divisiones más emblemáticas de su grupo, ya no es un negocio, declara que no tiene planes de deshacerse de ella por ser una empresa mexicana, compromiso que hizo con sus hijos.
Slim conoció a Soumaya a los 24 años, cuando ella tenía apenas 15. El encuentro se produjo en casa de una amiga de la madre de Slim. Dos años después, se casaron y tuvieron seis hijos. El regalo de bodas que recibieron de la madre de Slim, un millón de pesos, lo utilizaron para invertir en un edificio en Polanco, en lugar de construir una casa. Así nació el complejo que lleva el nombre de ambos, Carso, un tributo a su unión y colaboración empresarial.
El 9 de marzo de 1999, Soumaya Domit falleció debido a problemas renales. En honor a su memoria, Carlos Slim fundó el Museo Soumaya, una de las instituciones artísticas más destacadas en México.