Un menor perdió la vida tras ser agredido por sus compañeros de la Escuela Primaria Benito Juárez, en Santiago de Anaya, Hidalgo.
Según los informes preliminares, Adriel «N», de 11 años, fue llevado a su casa por el director de la escuela, quien informó a los padres que el niño «se cayó». Sin embargo, el niño negó esta versión y afirmó que sus lesiones fueron causadas por dos compañeros.
Adriel relató que los otros niños lo derribaron de espaldas, lo que le causó un fuerte golpe en la cabeza, y una vez en el suelo, le propinaron varias patadas.
Debido a la gravedad de las lesiones, Adriel fue trasladado al hospital donde le colocaron un arnés debido a una fractura en el hombro.
Poco después de volver a su casa, el niño se quejó de un fuerte dolor de cabeza y se desmayó repentinamente, por lo que fue llevado nuevamente al Hospital General de Actopan, donde fue declarado con muerte cerebral debido a un traumatismo craneoencefálico de grado III.
La familia, amigos y habitantes de Santiago de Anaya exigen justicia por la muerte de Adriel, argumentando que no fue un accidente.
«Pido que se haga justicia por lo que le hicieron a mi hijo, que se hagan responsable de lo que hicieron, porque fue un asesinato».
La Procuraduría de Justicia ha iniciado una investigación sobre el caso, citando al director de la escuela y a la profesora del niño para declarar.
Por su parte, la Secretaría de Educación Pública (SEP) calificó el suceso como un «accidente», afirmando que las lesiones del niño se derivaron de una caída. Expresaron su pesar por lo ocurrido y enviaron sus condolencias a la familia del niño, asegurando que corresponderá a las autoridades de la Procuraduría de Justicia llevar a cabo las investigaciones pertinentes.